
Licenciatura y/o especialidad:
Ingeniería en Ecología
Universidad:
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Correo electrónico:
rulos-96@hotmail.com
Experto en:
Identificación, manejo y estudio de anfibios y reptiles, principalmente serpientes.
Trayectoria
Tres años dando pláticas y cursos sobre la identificación y manejo de serpientes a diferentes organizaciones como preparatorias, universidades, así como a Protección Civil, Cuerpo de Bomberos, PROFEPA y SEMARNART. Investigación de campo en proyectos de la universidad.
- ¿Cómo nació su interés en los animales ponzoñosos? Desde pequeño siempre llamaron mi atención las serpientes y otros animales. Después, al entrar a la universidad, y al notar la falta de especialistas en ofidios en el estado, sumado a la severa persecución y aniquilación que sufren estos organismos como consecuencia de la falta de información e ignorancia fue cuando decidí dedicarme al estudio de estos animales.
- ¿Cuáles son sus expectativas trabajando con animales ponzoñosos y/o las intoxicaciones que estos generan? Principalmente, informar sobre la identificación correcta de las especies que representan un riesgo de salud en caso de mordedura, para así lograr una prevención adecuada y un mejor tratamiento de este tipo de accidentes. También, colaborar en la educación ambiental, cubriendo aspectos relativos a la importancia ecológica de las diferentes especies de arácnidos y ofidios, despejando la gran cantidad de mitos que los rodean.
- ¿Cómo fue su primer acercamiento con animales ponzoñosos y/o las intoxicaciones que estos generan? Fue en una excursión a la sierra que realicé con un amigo en el primer semestre de la universidad. Íbamos en busca de anfibios y reptiles. Ahí tuve mi primera oportunidad de ver una serpiente de cascabel viva y, además, de aprender a manejarla.
- ¿Ha sido usted picado o mordido por algún animal ponzoñoso? Sí, una madrugada sentí una sensación de ardor en el brazo y en el pecho pero no le di mayor importancia. Horas más tarde, noté que tenía ampollas en dichas zonas y acudí al médico de inmediato. No se supo a ciencia cierta si fue una araña o algún otro invertebrado, pero se presentaron numerosas ampollas en la parte interior del bíceps y del pectoral, las cuales provocaban una sensación de ardor.